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Drink water, be water...

Como todos sabemos, el agua es elemento fundamental de este planeta, y no lo iba a ser menos en el ser humano.

 

Empleemos la metáfora de un molino de agua, el cual, en el momento en que se deja de aplicar la fuerza de la misma, éste deja de funcionar.

 

En el ser humano ocurre lo mismo, cuando el agua contenida en nuestro cuerpo empieza a escasear, las funciones corporales y el rendimiento físico empiezan a verse perjudicadas, pudiendo poner en peligro nuestra salud. De ahí la importancia de mantener los niveles hídricos adecuados.

 

En ejercicios de alta intensidad la sensación de sed se retarda, por ello, no debemos esperar a tener sed para beber, sino que debemos

anticiparnos y planificar la hidratación en función del ejercicio a realizar.

 

En muchos casos puede bastar el agua para la reposición hídrica, sin embargo en deportistas con altas pérdidas de líquido por sudor

son aconsejables las bebidas deportivas isotónicas.

 

Con el objeto de prevenir o aminorar las consecuencias de la deshidratación, el Colegio Americano de Medicina Deportiva (ACSM) (2007)

estableció una serie de recomendaciones encaminadas a lograr y mantener una buena hidratación en los diferentes tipos de deportes:

 

  • Llevar una alimentación equilibrada e ingerir una cantidad adecuada de fluidos en las 24 horas previas a la actividad, especialmente en la comida previa al ejercicio.

 

  • Beber entre 400-600 ml de líquido 2-3 horas antes del ejercicio para propiciar una hidratación correcta y dar tiempo para la excreción del excedente de agua ingerida.

 

  • Durante el ejercicio debemos empezar a beber pronto y a intervalos regulares, para reemplazar el agua que se pierde a través del sudor. Se puede conseguir una hidratación óptima tomando 150-350 ml de fluidos a intervalos de 15-20 minutos desde el comienzo del ejercicio.

 

  • Conviene que las soluciones estén más frías que la temperatura ambiente (15-22 °C), y que tengan sabor para aumentar la palatabilidad y propiciar la reposición.

 

  • En ejercicios de menos de una hora de duración, hay pocas evidencias respecto a la existencia de diferencias de rendimiento entre deportistas que consumen bebidas con carbohidratos y electrolitos y los que consumen solamente agua.

 

  • En ejercicios intensos de más de una hora, se recomienda ingerir carbohidratos para mantener su oxidación y retrasar la fatiga. Este aporte puede obtenerse si se bebe entre 600 y 1200 ml por hora de una solución que contenga un 4-8% de hidratos de carbono.

 

  • Se recomienda la inclusión de sal (NaCl) (0,5-0,7 g/l de agua) en las soluciones de rehidratación ingeridas durante ejercicios de más de una 1 hora de duración, ya que esto puede ser ventajoso para mejorar el sabor, promover la retención de fluidos.

 

 

 

@carloshealthandmotion

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